 Estábamos
Estábamos de 
trabajo en una 
escuelita que queda ahí 
abajito del cerro Picacho. Arriba arriba. 
Calle llenas de cosas.

Ventanas que ofrecen de todo.

Niñas que no van a la escuela, y que miran pasar a los niños uniformados.

Venteros que aun no se han hecho el "nombre de Dios".

Niñas que estudian por la mañana, y Picacho encima de su tarde.

Otras 
construcciones al fondo. Los mismos Gallinazos de siempre.

Muchas cabezas, mujeres y hombres sin bañarse. La rumba, la 
movención es en la noche.

Ya los horizontes nuestros son grises.

Hasta las montañas de enfrente se ven 
planitas. Muy alto. Muy alto.

Y como siempre, quedamos con amigos, 
amiguitas, y 
reamigos, que nos provocan 
cosquillitas en el estomago.
 
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