Un semáforo me detuvo tanto tiempo antes de pasar la Avenida Oriental, que me dio para sacar la cámara del bolsillo de la chaqueta que uso para montar en moto y tomar la foto. Luego guarde mi aparato negro en el estuche negro de mi chaqueta negra y acelere mi moto roja cuando la luz dio verde. 
Este puesto de frutas queda en la esquina del centro de la ciudad. Me estaban partiendo la manzana verde a la que le echan limon y sal, y tome la foto del edificio que le dicen "el portacomidas".
Versus
Estábamos en el campo. Lejos en las montañas. Donde solo llega la pobreza y, claro, el fútbol.
Avenida Nutibara
Dicen que son ratas del aire. Dicen que traen muchas enfermedades. Dicen tantas cosas de todas las cosas. Ver el agua correr, o las nubes pasar, o las palomas volar, es casi lo mismo.
El parque no es parque del todo si las ratas del aire no están en sus pisos y en sus aires. Y claro, no hay palomas, si no hay quien les tire la comida.
Palomas de la Veracruz, Medellín
Desde niño siempre me ha gustado los tumultos en la calle. Ya sea vendedores, juegos de azar o asesinatos. Esta vez era un brujo que vendía el remedio, el secreto indio más bien guardado, el que te pone como si estuvieses de 15 añitos, el que te vuelve los bríos sexuales.
A ver con quien te secas todos los días: ¿con el rojo, o con el verde? Lo único de malo es que esos escudos son en relieve y debe ser una molestia para las partes, de todo tu cuerpo.
No hay nadie más feliz que una persona en una piscina, o en un río. Y entre más edad, más feliz se es.
Ahora es un fabuloso tratamiento para la piel. Uno de niño se hace de todo, prueba de todo. Ser niño es estar entrenándose en el gimnasio de la vida.
Bueno, y si ya se puede hacer equilibrio y a la vez se come guayaba, significa que ya se esta listo (¿Lista?) para la vida.
Versus
A mi me gusta la lluvia.
Cuando tenía tiempo y ganas, salía a mojarme con la lluvía. Caminaba lentamente mientras me mojaba las pestañas, los ojos, los labios, ah, la nariz, el ombligo, el dedo gordo del pie…
Siempre me gusto ver la lluvia, siempre era a través de un vidrio y con algo caliente en las manos; un tinto cuando tomaba tinto.
La lluvia cae y uno piensa.
Mucho tiempo nos demoramos construyendo y viviendo del mito de coltejer. ¿Cuanto tiempo? ¡Tanto tiempo!
Ahora que la empresa esta que quiebra, y el edificio es ya uno de los pequeños de la ciudad, derrumbemos el mito: Mierda CITY.
Nuevas modalidades de trabajo. La red da para todo. La última vez que escuche sobre el negocio de las video chateadoras, contaron que cada uno se gana 2000 pesos por minuto, y aun más si logra que el cliente entre a una sala privada. ¡Todo un machete! Y trabajas desde tu casa.
Sentados en una banca de las torres de Bombona. Uno mira al cielo siempre que esta en la torres. Antes se podia beber y fumar, ahora solo la plazoleta esta dispuesta para ver las palomas y los movimientos en la ventanas de los edificios.
Colores de fin del mundo. Tóxico.
