lunes, 30 de junio de 2008

Jugando en La Asomadera

Un lunes de verano los vecinos me tocaron la puerta.
Que ya se iban, gritaban desde el primer piso. Me puse mis zapatos más viejos, una sudadera y una botella con agua.
Ibamos a jugar en el morro de La Asomadera, era una deuda desde hace tiempo, y hoy la idea era lizarnos, rodar por las mangas.



Éste es el lizadero de La Asomadera.


Y ellos son los vecinos, que se hicieron llamar "Los Patos".



Dairon (blanco) y Brandon (amarillo) se ríen mientras tratan de no caer.

Yeison (negro) y Santiago (blanco) tratan de bajar por un ladito, tienen un poco de miedo.

"Los patos" sentados en un tronquito.

Y mientras se caminaba para la proxima aventura, escuchaba conversaciones infantiles, de esas absolutamente ridiculas: "¡Ey, saliste más cabezon Yeison!" Risas y burlas. Y Yeison piensa rápido. "No ve que es porque estoy más cerca a la cámara. ¡Oe, oe! ¿si o qué?" Santiago me pregunta, y yo le respondo que si, pero ya no importaba, ellos ya estaban en hablando de la burla siguiente.


Él es Jocsan, el más pilo, de pronto se puede catalogar como el jefe.


Porque ellos tampoco son una pandilla. Solo son los niños que estan creciendo en la 36A con la 37, en una comuna de Medellín.





Y saltamos.












Y se retaron. Y seguían saltando.











Siempre, antes de hacer algo, gritaba donde estaba o qué estaba haciendo, y claro, como se llamaba. Ellos son pelaos de ahora, saben para que sirve una cámara.






Lo único que los tenia preocupados era que estaban muy sucios, y que tenia que volarse, "ahorita cuando terminemos, ¡ja, ja!, tenemos que irnos a lavar la ropa... sino mi mamá me pega"


Donde esta señalando Jocsan queda la torre de energia, para allá vamos.


Pero antes de la torre, una "miquiada" en un palo de guayaba.


Y bueno, otra vez, antes de la torre, hacemos maromas
(ya todo lo tenian replaneeado)

...Y vueltas canelas

Y, aquí vamos para la torre.

Brandon posando.


Y Jocsan gritando.


Y Dairon muy arriba.

Y Santiago colgando.

Lo mejor, sentados en la torre, y gritando: Looooosss Paaaaatoooooossss"
(casi no los "cuadro" para esta foto)


Y subido al "Para-rayos."

En un día gris, un niño juega en el "Para-rayos", eso es niñez.

Y, para bien de la amistad, siempre sonrieron, no se aprendieron mi nombre pero fueron felices absolutamente, intensamente, porque era para televisión, hicieron su rutina en muy poco tiempo.



Estos son "Los Patos", y atrás (sobre expuesto) El Salvador, unos niños que crecen y sueñan desde una provincia de Colombia, desde un barrio humilde en un pueblo con ínfulas de ciudad: Medellín.

viernes, 27 de junio de 2008

En la mañana en Manrique La Salle


A eso de las nueve de la mañana, Manrique se despierta, barre, se despereza.


Y Medellin por estos días es invierno, es gris y lenta, y tiene el ritmo de las vacaciones.

lunes, 23 de junio de 2008

Ciudad Bolívar, en Ojo de Pez

Como siempre me doy un paseo cuando viajo a mi pueblo. Camino mientras recuerdo, o al revés, si, al revés: recuerdo mientras camino, y por eso doy pasos, por las tragedias y alegrías de ese pasado que se resume en 6 calle y 40 mil habitantes. Ciudad Bolívar mirada por el ojo de Juan David con una Lomo Ojo de pez (Fish eye).




El señor del cerro, de donde se ve el pueblo.


Lleno de nubes, igual que los humos que se producen en sus alrededores.


Y este es la panorámica que da desde el cerro de Cristo Rey.


El parque y sus clásicos venteros.


La calle principal, "La tercera", "la de las palmeras", y el bus urbano.


Un ventero subiendo por la calle principal, por la de las palmeras, supongo que para el parque.


Y por allí, por la calle de las palmeras, han pasado mucho carro. Sobre todo, caballos, Jeeps, escaleras y rápidos ochoas.


Esto son los jeeps, o chiveros.



Y esta es una escaleras, o chiva, pasando por la segunda calle importante, "La cuarta".


Y esta el "La cuarta", por el lado la parte de la Alcaldía.


Y como en toda "Ciudad", hay graffitis.


Y tambien en las calles me encontré parceros nuevos. Estos con su juguete de Domingo.


Y él que me persiguió y me poso.


Y tambien me hicieron un pique.


Y mi tío me echo una mirada mientras acomodaba sus paquetes de tomate que vende el domingo.



Y claro, esta es la calle, o el puente, o las tiendas donde pase mi niñez. Barrio La Veranera.