Yo nunca jugué ajedrez. A mi papá le gustaba pero jugaba con mi hermano mayor. Yo los miraba como las torres se comían a los peones y como se hacía un jaque mate. Mi figura favorita el caballo, que se movía en L.
Estos señores y jóvenes jugaban una tarde en el Centro Cultural García Márquez en la Candelaria en Bogotá.
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