Ver las montañas y ver las torres que no dejan ver el verde ni el horizonte. De la misma tierra ladrillos y cemento con ventanas y personitas. Personitas viviendo domesticadas en espacios cuadriculados, viviendo, conviviendo oyendose unos a otros. Espacios privados masificados. Ver al frente y no distinguir al vecino. Son tantos ya que no importan.
Esta Medellín que nos vende hogares como meros espacios, como beneficios sin calidad.


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