Escuche el bello sonido que el marrano hace cuando sabe que va a morir, y pensé: Eso no está prohibido?
Salí al balcón y lo vi cuando lo bajaban del coche (o zorra). Miré la cámara y me ví grabando la puñalada certera que le dan al pobre. Ah no, me dije, esa vaina es me dañaría el día.
Baje, y le dije a los muchachos que posaran junto al marrano, y me largue, para no ver el resto del espectáculo.
jueves, 1 de enero de 2009
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