El camino señalaba la ruta, salir de Medellin por San Antonio de Prado y esperar esta división del camino, donde inicia la carretera destapada. Ibamos para Armenia, Armenia Mantequilla. 
Y lo recibe a uno un letrero, que le avisa que ya casi, que mucha carretera destapada pero casi se encuentra ese pueblo que parece un mito,
Un pueblito en la nada, perdido entre las montañas, casi abandonado si no fuera porque aun vive gente, mucha, que llega de las montañas, que trabaja el campo. 
Gentes que aun se encomiendan a la virgen,
Que de pronto no mueren muchos, de pronto como alla no hay nada, no pasa nada, a veces ni la muerte porque el cementerio aun tiene mucho espacio, 
Era domingo, dia de plaza, de mercado, de tomarse un guarito, de conversar con los viejos amigos.
Estas son las montañas que albergan estos pueblos, de arrieros, no se. Porque un pueblito en medio de estas montañas, casi en el olvido.
Y en el camino, miradas inocentes, sonrisas y caras sucias. Entre las montañas de estos pueblos y de donde venimos, ellos, como aun nosotros alguna vez lo fuimos, no tienen la culpa de nada. Descubrimos el pueblo mantequilla, fuimos y volvimos.
