Mostrando entradas con la etiqueta doradal. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta doradal. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de julio de 2010

Arboles y Chamizos

Un bello día de cielo azul, cerca del media día, caminamos por las montañitas, viendo arboles, buscando sombra, matando los bichos.

Chamizos.
Arboles.
Y dos (ni árbol ni chamizo) buscando sombras, soplándose para no morir de calor.

Doradal, Antioquia.

Fotos de garabatos contra el cielo betiado.

miércoles, 7 de julio de 2010

Los cielos de Doradal, mientras buscamos un circo

Doradal (Antioquia) en horas de la tarde.

Íbamos a buscar, como siempre, lo que no se nos ha perdido.

Mientras el viaje, a unos kilómetros a las afueras del casco urbano, del municipio de paso entre Medellín y Bogotá.

Bonitos cielos. Como los que nos gustan.

Pero no hay naturaleza linda, si no tiene algo humano cerca. Dicen los materialistas.

La ruta, que no era tan corta, nos muestra una imagen rural selvatica. A pesar de la carretera, esa cicatriz que atraviesa los territorio.

Todo para preguntar a qué horas era la función del circo.

Un circo pobre, muy pobre.

Los vecinos del circo.

Y los vecinos tienen hijos.

Los dejamos jugando en el patio de su casa, donde está un circo, con la promesa de volver en la noche.

sábado, 20 de febrero de 2010

Buscando el sol

Iba buscando el sol, que a las 4 de la tarde se pone intenso y ese dia era claro, y quería ver caer la tarde.

Estaba en Doradal y el sol ponía el verde transparente,

Había nubes blancas y luz blanca,

y un cielo azul muy azul.

Y Rex, el perro iba conmigo como llevandome hasta el sol, como queriendo recibir toda esa bonita energía de la tarde,

El atardecer de un día de junio de 2009 desde Doradal, desde mis montañas favoritas, porque allí crecí viendo el pasto crecer, el sol esconderse y los días pasar.

lunes, 18 de enero de 2010

Circo pobre

En medio de la nada en la carretera antes de Doradal, un circo, uno pobre, con nombre de latino gringo: "Latin Brothers"

Llegamos temprano pero se demoró mucho para empezar. Mientras los habitantes de los alrededores se arreglaban para el parche de la noche, otra vez el circo, el mismo circo que no se va pero que tampoco mejora.

El escenario prometía poco. Pero un circo humilde, ofrece son puras promesas y certezas de una realidad. Escasez y charruras al maximo.

Malabares algunos, uno poco cree, pero era divertido ver, que todos en silencio veían expectantes algún movimiento en falso que la hiciera caer después.

Y luego los circos, con chistes malos y viejos. De voz chillona y aguda, de trajes gastados y microfonos ruidosos. Eso es ir a un circo pobre. Sonreir con lo sencillo, con lo escaso, con lo desteñido y simplón, con lo que sonríe la gente normal.
Para ver mas del circo un video.