viernes, 8 de enero de 2010

Amanece en El Santuario

Hacia frío. Era un buen día.
El Santuario, Antioquia.

El santuario, perro y perrero

En el Santuario. Obviamente es la noche.

Un perro nos dio la bienvenida.

Y el perrero también.

Yo, contrario a los pronósticos, pedí arepa. Que sabe como se ve: a latex.

El ya estaba cansado. Nosotros, más. Seguro.

Rumbo al oriente

Salir de Medellín por Moravia.

Una estética diferente.

Mientras el carro avanza, se mira rápidamente las bellezas de los que tienen poco espacio y son muchos y tienen de todo.

El día era favorable, benévolo.

De un lado, casitas pobres, del otro, pobre viviendo en apartamentos pequeñitos.

Despuecito de Moravia, comienza las cacharrerias a la y lado. Y hay casas, y también muro de paisaje.


Es un espacio lleno de actividad.

De postales.

Los barrios del Noroccidente de Medellín, con una calma aparente.

Ya además de todo lo anterior, por los cielos pasan cajones con publicidad y gente adentro.

Ahora si, autopista.

Carretera, ciudad que se hace pequeña, campesinos a la vista.

Y bueno, a veces invierten la plata del peaje, que bien caro es.

Pasar el túnel es una sensación siempre muy idéntica a la que sentiste la primera vez.

Carga Ancha. Colombianada.

Más grande el cielo que las tierras.

Fonda casa vieja, lugar donde venden empanadas buenisimas.

Otra sillita más? Colombianada.

Y todo para llegar a un parqueadero, y tomarle una foto a un tanque.

Cortina inflada

El viento, ese fresco y fuerte que te pega en la cara, y en el bolso, y te revuelca el pelo, tenia también la cortina de un vecino de barrio, inflada mágicamente.
Eternamente flotando. Descansador de pantalla de barrio. Postal de comuna.

Aun durmiendo


Bajábamos a trabajar, y el aun dormir. Afortunado que durmió en colchón.

martes, 22 de diciembre de 2009

Ciudad Circo

Esta ciudad donde vivimos, que es un circo completo.

El mismo semáforo, otros malabaristas.

Yo soy Martín

Que ese no es el número, nos dijo. Pero Martín aun rueda y hace mandados en el barrio el Velódromo.

Dejamos Bogotá

Un taxi que vale millones desde la casa hasta la Terminal. Esa Bogotá aparatosa, gigante, bullosa, desordenada se queda en la memoria, en los recuerdos. Nos volvemos para la provincia, a nuestro pueblo.

Ya en un bus para casa. La ventana nos da para ver cosas, gente, colores...

El frío afuera, y nosotros con una película mala y con aire acondicionado.

Bajar, subir, muchos paisajes, mucho carro.

Cae la tarde, y mis ojos se cierran.

domingo, 20 de diciembre de 2009

El Septimazo

En pleno `Septimazo´, disfrutando la calle con mucha gente más.

Es agobiante, para el que le gusten las soledades. Pero es elegante, para los que nos gusta `las colombianadas´.


Y en todos lados hay mensajes que leer.

Bogotá, en plena Semana Santa.

En la Plaza Bolívar

Estar en la Plaza Bolívar, es una linda sensación. Para los cuatro puntos cardinales tenés historia y presente.

Bonita la Catedral.

Creo que es un nuevo palacio de Justicia. Porque el otro se perdió en la toma del M-19. Imponente.

En la mitad del Parque, una nueva adquisición de la Poli. Y ¡pam! foto de turista.

Como es la Plaza de Bolívar, el man tiene que estar en algún lado. En la mitad, con palomas que lo cagan, y un montón de personas esperando ó hablando con su conocido. A sus espaldas, el congreso.

Y la fachada de la Alcaldía de Bogotá, llena de desplazados.

Y si miras para los techos, veras amigos.